Las banderillas tienen un origen muy antiguo en la cocina española, donde se conocían como un tipo de tapa o pasaboca que se servía en bares y tabernas. Su nombre proviene de los palillos de madera con los que se ensartaban aceitunas, pepinillos, pimientos y trozos de embutidos, recordando a las pequeñas “banderillas” usadas en las corridas de toros. Estas preparaciones eran muy comunes como acompañamiento de bebidas y se convirtieron en un símbolo de la gastronomía social española, ya que no solo alimentaban, sino que también invitaban a compartir y conversar. Con el paso del tiempo, la idea viajó a otros países y fue adaptándose.
En México, las banderillas adquirieron una identidad distinta: una salchicha recubierta con masa de maíz, frita en aceite y servida con diferentes salsas. Esta versión, popularmente conocida como banderilla mexicana o corn dog, se convirtió en un ícono de la comida callejera y en un pasaboca infaltable en ferias y carnavales. En Estados Unidos, el corn dog también se popularizó a mediados del siglo XX, llegando a los parques de atracciones y festivales. En Corea del Sur, las banderillas vivieron una transformación aún más creativa. Allí, conocidas como hot dog coreanos, suelen estar recubiertas no solo de masa, sino también de papa en cubitos, fideos ramen, azúcar o queso, lo que les da una textura crocante y un sabor único. Actualmente, se han convertido en uno de los pasabocas más representativos del street food coreano, reconocido a nivel mundial gracias al auge del K-pop, los K-dramas y la expansión global de su gastronomía. El éxito de las banderillas radica en su versatilidad: pueden ser dulces o saladas, y cada cultura las adapta con ingredientes locales, creando una receta que evoluciona sin perder su esencia. Esto las convierte en un ejemplo de cómo la comida viaja y se reinventa, conectando países y tradiciones diferentes. Hoy en día, las banderillas están presentes en ferias, colegios, carnavales y festivales gastronómicos alrededor del mundo. Más que un simple alimento, representan un puente cultural: en España simbolizan la tradición, en México la comida popular, en Corea la innovación juvenil y, ahora, con el proyecto Bandery Fest by The People, llegarán también a nuestra institución educativa, donde buscamos fusionar la esencia coreana con ingredientes locales de Colombia. De esta manera, seguimos la tradición de transformación de este pasaboca, dándole un nuevo significado en nuestro contexto escolar y social.